Lejos de la decadencia, los roscones de Reyes resisten a Papá Noel y al infinito repertorio de dulces navideños. La oferta aumenta, pero también los ingredientes de dudosa calidad y las grasas poco recomendables. Te contamos las 4 claves esenciales para elegir lo mejor del mercado.
El roscón «original» se inventó en Francia y cumple estos requisitos:
- Masa pesada fermentada y horneada dulce.
- Sabor a cítricos: lleva ralladura de naranja/limón y agua de azahar.
- Decorado con almendras, fruta escarchada y azúcar.
- Sin relleno.
- La variación más importante con el paso del tiempo ha sido el relleno, que primero fue de nata y últimamente de chocolate.
1. Masa de mantequilla
Tiene que hacerse con mantequilla. Este es el punto más importante a la hora de elegir un roscón.
En las panaderías es habitual usar mantequilla, pero los que se venden en supermercados suelen recurrir al aceite de girasol u otros aceites vegetales poco saludables (coco, palma, palmiste…).
El contenido medio de grasa en un roscón ronda el 12% (sube hasta un 20% si llevan relleno de nata). Una cifra moderada si la comparamos con la de otros dulces:
- Croissant: 17% de grasa.
- Bizcocho de leche: 20% de grasa.
- Donut: 25% de grasa.
- Ensaimada: 30% de grasa.
La masa del roscón tradicional es una masa fermentada, esponjosa, pesada y relativamente seca. Pero los gustos han cambiado y hoy en día es frecuente encontrar masas más ligeras, estilo bollo suizo.
2. Sin nata «artificial»
Si decides comprarlo con relleno, comprueba que la nata sea verdaderamente nata.
Muchos roscones no tienen un relleno 100% nata, sino un «mix vegetal» con aceites (coco, palmiste, palma), espesantes y texturizantes. Es un recurso que baja el precio del roscón, pero también su calidad.
3. Decoración auténtica
Es fundamental que se decore antes de meterlo al horno:
- Almendra: cruda para que se tueste durante el horneado. Se suele añadir en láminas, en bastoncitos o molida, pero debe quedar crujiente. Hay un truco para saber si tu roscón fue congelado: la almendra se queda blanda y rancia al descongelarse.
- Fruta escarchada: la tradición ordena guindas y trocitos de naranja. La última moda prefiere calabaza (más barata que otras frutas) en láminas de vivos (y artificiales) colores rojos y verdes
- Azúcar: se encuentra de diferentes maneras (suelto, en trocitos…).
4. No pagues de más
Las diferencias de precio son enormes, pero para un roscón con nata estas son las referencias:
- Pastelería tradicional: entre 40 y 60 euros el kilo.
- Supermercado: se encuentran por menos de 15 euros el kilo.
Fuente: OCU