El XXII Festival de Flamenco, un regalo para los sentidos

El Parque de la Aduana acogió anoche la vigésimo segunda edición de  este festival nacido tras la muerte de Camarón para rendir homenaje a su genio, con grandes voces flamencas y Farruquito al baile

San Pedro del Pinatar rindió homenaje a la figura del cantaor isleño,  José Monge, “Camarón de la Isla” , en el 25 aniversario de su muerte con una noche flamenca del más alto nivel.

Así, Festival de Flamenco de San Pedro del Pinatar volvió a llenar  el Parque de la Aduana del arte y pasión de tres artistas que, entusiasmaron con sus actuaciones a aforo aficionados completo que acudieron al reclamo de un cartel con grandes figuras del baile y del cante que unieron elegancia y poderío bajo la luz de la luna llena del cielo pinatarense.

Esta es una cita flamenca imprescindible para los aficionados a este arte que la noche del sábado, 8 de julio, aplaudieron las actuaciones del cante y la raza del extremeño Miguel de Tena, el metal del cantaor Pedro Heredia “El Granaíno” y el baile de uno de los mejores Juan Manuel Fernández Montoya “Farruquito”.

La noche arrancó con la voz de Miguel de Tena, Lámpara Minera de la Unión y Melón de Oro de Lo Ferro,  acompañado a la guitarra por Manuel Herrera. Tena, cantaor con voz clara y templada, no exenta de desgarro demostró su poderío en los cantes libres. El público disfruto de un Tena en estado puro que se arrancó al centro del escenario sin micrófono, como un trapecista sin red.

Pedro “el Granaíno”,  que ya pisó las tablas del festival hace tres años regresó a San Pedro del Pinatar  con una voz repleta de matices que la convierten en un manantial de hondura para arrebato del público más exigente que en pie pedía más fandangos, rumbas, más arte.

“El Granaíno” acompañado por la virtuosa guitarra de Antonio Patrocinio Hijo,  supo transmitir su poderío, regalando al respetable piezas inolvidables de los maestros de los que se alimenta.

Posteriormente, tras un pequeño descanso, y cerrando la noche más flamenca de San Pedro del Pinatar, el escenario se llenó de la arrebatadora energía del bailaor Juan Manuel Fernández Montoya “Farruquito” que hizo gala de una gran elegancia y pasión, dejando claro por qué está considerado el mejor bailaor del mundo.

En el Parque de la Aduana presentó ”Improvisao”, un espectáculo que refleja la verdad y las raíces del flamenco más íntimo. Una vuelta a sus orígenes tradicionales y mágicos sin artificio ni adornos. Con una puesta en escena en la que se despoja de todo, Farruquito se dejó la piel, con la improvisación como único objetivo. Cante, guitarra, palmas y baile, un regalo para los sentidos.

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